domingo, 14 de julio de 2013

Monedas sociales, clubes de tiempo, monedas secundarias o paralelas, y ciertas lecciones que en esta materia da Argentina

¿Es que las llamadas monedas sociales o los llamados bancos de tiempo, son útiles al menos en el contexto de una determinada coyuntura en espacio y tiempo?

Para bien o para mal, las llamadas monedas sociales son una realidad histórica que no se puede desconocer. Y si en un momento de caos económico-social, algo de este tipo no se llega a implementar de una manera más o menos formal y organizada, el propio mercado se encarga a veces de usar en su sustitución una moneda-mercancía, como ocurrió por ejemplo por un tiempo en el siglo XX, en el entorno del fin de la guerra, cuando como especie de intercambio se usaron los cigarrillos, y como ocurrió también en otras oportunidades con otras monedas-mercancía.

En el presente artículo enfocaremos este asunto desde diversos puntos de vista, pero en esta sección centremos nuestra atención en una cuestión específica y de tipo práctico: ¿Qué características debe tener un proyecto de moneda social, para que el mismo no fracase y se desbarate en muy poco tiempo?

Bueno, por lógica esta cuestión es controvertida, y no existe opinión unánime al respecto. Por otra parte, los proyectos de monedas sociales o paralelas, tanto los que han tenido cierto éxito como los que han sido un rotundo fracaso, han surgido aquí y allá en la geografía y en el tiempo, en contextos económicos y sociales muy dispares, por lo que de plano resulta ser muy difícil sacar conclusiones generales.

El autor de estas líneas va a arriesgar no obstante una opinión al respecto, opinión que se fue formando a través del análisis de casos, y en especial del análisis de la experiencia de uso de una moneda de este tipo, surgida fundamentalmente en un conocido mercado montevideano que funciona regularmente en el Parque Rodó, en Uruguay. 

En efecto, a raíz de la crisis de los años 2001-2002 que afectó particularmente a Uruguay, los rigores de la misma se dejaron sentir en buena parte de la población, y particularmente en los sectores más débiles y con menores márgenes de maniobra. Paralelamente, a través de la televisión se dieron a conocer soluciones imaginativas surgidas particularmente en Francia y en Argentina, en relación a sistemas de trueque y ferias de intercambio sin dinero oficial, que claro, entusiasmaron a un grupo de uruguayos, que después de algunas reuniones se animó a impulsar e iniciar un sistema similar. El entusiasmo inicial de algunos participantes fue bastante grande, y ello permitió que la experiencia funcionara varias semanas. Y ello naturalmente despertó expectativas y curiosidades, a tal punto que la radio estatal CX26 Sodre hizo una entrevista a una de las responsables del proyecto, quien en ese momento habló en forma muy entusiasta. Pero muy pronto después el sistema colapsó y fracasó.

Como ya se dijo, quien suscribe entrevistó un par de meses después a dicha responsable del proyecto, quien informó de las razones por las cuales, en su opinión personal, el sistema había fracasado. Un resumen de las razones del fracaso del proyecto uruguayo se exponen resumidamente a continuación.

(1) En primer lugar, el pecado principal del emprendimiento de intercambio sin dinero oficial en Montevideo, tal vez fue ser excesivamente optimistas. Sabíamos de que en otros países algo así estaba funcionando, y pensamos que en Uruguay ello también era factible. En la 'Feria de los Domingos' del Parque Rodó, el sector de frutas y verduras era y es muy pequeño, pero allí se congregaban productores muy pequeños de frutas y hortalizas, que sacaban sus números y concluían que en esas fechas no les valía la pena vender sus producciones a intermediarios, pues lo que entonces se pagaba no valía ni el esfuerzo ni los gastos de la recolección y del empaque. Y pensaron entonces que podían vender ellos mismos su producción al público, pero bueno, los precios minoristas y al público también eran muy bajos en esos días, pues el grueso de la población trataba de gastar lo menos posible, pues circulaba muy poco dinero, y quienes lo tenían, pensaban muy bien antes de gastarlo. Por otra parte, una vez que un productor hortifrutícula llevaba productos a una feria para la venta, si los mismos no se vendían, como se trataba de productos muy perecederos, casi valía más la pena tirarlos allí mismo o venderlos a último momento por cantidades ínfimas, que ponerlos en el camión y de vuelta llevarlos a la chacra, donde de todas maneras terminarían perdiéndose o pudriéndose. Así se pensó con cierta razón, que en esa situación más valía el trueque por cualquier otra cosa, un alimento que no se tenía, un insumo necesario, ropa usada, lo que fuere, pues por poco que así se obtuviera, sería algo con lo que ir paliando las urgencias del día a día. En resumen, cuando se estaban proyectando los mecanismos y la base del aludido proyecto social, los participantes fueron increíblemente ingenuos y optimistas, pensando que el sistema casi podía funcionar por sí solo una vez dado el puntapié inicial, y pensando que cada quien actuaría con cierta lógica y con cierta honestidad. Se lanzó entonces el proyecto sin más ni más, aceptando casi cualquier producto o servicio como plausible de participar en este nuevo sistema de intercambio. Además, uno de los participantes en este emprendimiento y uno de los entusiastas, estaba desempleado, no podía hacer gastos ni para las necesidades personales más mínimas, y menos podía hacer frente a las cuotas de un terrenito que estaba comprando para eventualmente construirse allí una casita en algún momento. ¿Que iba a pasar entonces con ese terreno? Bueno, por falta en el pago de las cuotas y de los impuestos, era fácil imaginar que ese promitente-comprador iba a perder el terreno, y entonces, avisó que lo vendía, recibiendo al menos como parte de pago esos futuros créditos sociales del proyecto. Y claro, el precio pedido era tan bajo, y la forma de pago en algún sentido conveniente para ambas partes, que rápidamente ese terreno tuvo un comprador, y eso sumó entusiasmo aún más al grupo. Pero bueno, lo que pasó luego no es difícil de imaginar, unos cuantos participantes empezaron a desconfiar que el sistema no duraría mucho tiempo, y entonces, trataron de recibir la menor cantidad posible de ese nuevo dinero alternativo o crédito alternativo, y cuando lo recibían, trataban de pasarlo a otro lo más rápidamente posible. Y el sistema entonces pronto fracasó, por desconfianza hacia el mismo por parte de los propios participantes. En conclusión, a la hora de planificar un sistema multilateral de intercambio sin participación del dinero oficial, se deben planificar muy bien las cosas, y no hay que temerle a un comienzo modesto en cuanto a número de participantes, y en cuanto a productos o servicios intercambiados. Y cada ampliación del sistema, debe ser muy bien estudiada y evaluada, lo que requiere un 'consejo de administración' no muy grande, pero de gente con mucho sentido común y gran cautela.

(2) Otro error que se cometió, según la opinión de la supervisora entrevistada, fue que era necesario que cada participante tuviera cierta cantidad de créditos sociales al inicio del proyecto, para que el mismo comenzara a funcionar, y se optó por dar gratuitamente ese monto a cada participante que se inscribía como miembro. Claro, se tenía tanto optimismo y confianza, que este detalle pareció menor. Con la perspectiva de los hechos ya consumados, se pensó que este había sido otro error. La gente termina no valorando lo que se le da gratuitamente, sin pedirle nada a cambio. Lo que se debió hacer es pedir una suma de dinero oficial a cambio de un crédito social, o al menos, pedir algo, dedicación en horas en la parte administrativa del propio proyecto, o alternativamente incluso alguna tarea comunitaria. Claro, querían participar en este sistema de intercambio algunos discapacitados que tal vez poco podrían aportar, pero aún a ellos se les debería haber exigido algo, supervisar al perro del vecino y regularmente darle comida y agua cuando el vecino se fuera de viaje, lo que fuere como trabajo y con cierta benevolencia en la aceptación, pero en este tipo de sistemas de intercambio sin dinero oficial, siempre se debe pedir algo a cambio de los créditos que se otorguen, en forma previa, o al menos como obligación prometida.

(3) El tercer elemento que se destaca en esta lista como necesario e imprescindible, es la ecuanimidad, solidez, honestidad, y sentido común, del 'Consejo de Administración' o 'Consejo Directivo' o mecanismo que haga las veces, y que sería el encargado de velar por la buena marcha de los intercambios, hacer la ley en caso de conflictos, y preocuparse por el buen entendimiento general entre los miembros de la cofradía. Este grupo de personas es clave para inducir un emprendimiento que se desarrolle dentro de ciertos parámetros de razonable operatividad, por lo que allí se debe elegir a los mejores por sus calidades humanas y culturales. Cada ampliación del proyecto, e incluso cada ingreso de un nuevo miembro, debe ser analizado con seriedad y responsabilidad, y la actitud de los integrantes de este grupo directivo debe ser siempre vigilante, analizando incluso los incidentes menores que puedan producirse pues sus efectos o "modus operandis" rápidamente pueden contagiarse a otros participantes, o desmotivarles a tal punto que ello pueda poner en peligro la propia viabilidad de las siguientes etapas. Hay que tener conciencia que en un sistema multilateral no sincrónico de intercambio sin uso de moneda oficial, la distancia entre relativo éxito y relativo fracaso puede ser muy estrecha, así que cualquier factor desequilibrante puede llevar el escenario de uno a otro lado. Además, la confianza en el sistema por parte de los miembros es fundamental, por lo que por distintas vías conviene fortalecer el relacionamiento entre los miembros, con por ejemplo actividades culturales grupales, actividades de esparcimiento, servicios adicionales, etc. Claro, la idiosincrasia y las características de los participantes y de sus familias puede ser muy diferente en uno u otro caso, por lo que cada cosa nueva que se ensaye debe ser muy planificada, y estar acorde a las características del lugar y de la población atendida.

(4) Otra cuestión que también es importante y que en cierta medida ya fue citada, es pensar que se puede trasladar una experiencia exitosa a otra parte. Claro que importa conocer experiencias como las que aquí nos ocupa que se hayan podido desarrollar en otras partes, tanto las que tuvieron cierto éxito como las que terminaron en fracaso, aunque en todo momento se debe tener presente que las condiciones no son las mismas en todas partes, y que las poblaciones-objetivo tampoco son las mismas, así que una adaptación a las condiciones locales siempre será necesaria y muy importante de tener en cuenta.


El entramado financiero-productivo y las monedas sociales o paralelas

Con toda evidencia nuestra actual operativa económica y financiera debe pensarse de nuevo, debe estructurarse de otra forma, debe ponerse a tono con los tiempos que corren…

Obviamente nuestras actuales estructuras socio-productivas deben ser actualizadas, deben ser reformadas en forma sustantiva…

Por cierto que la estructura económica e institucional tiene que estar al servicio de la gente, y nuestra realidad actual con evidencia presenta desvíos excesivamente negativos e intolerables:

(a) excluidos sociales;
(b) periódicas recesiones económico-productivas;
(c) muy injustas redistribuciones de recursos por causa directa e indirecta de acciones especulativas, de sobornos, de corrupción en distintos niveles y en distintas formas, de absurdos egoísmos y de abusos de funciones planteados por los diversos sectores de poder;
(d) inconvenientes e incontroladas oscilaciones en los porcentajes de empleo y de desempleo en relación a la población activa;
(e) regulaciones socio-económicas que son absurdamente asimétricas y absurdamente arbitrarias;
(f) oportunidades muy diferentemente repartidas en el conjunto de la población, entre ellas, injustas diferencias en cuanto a las posibilidades de formación profesional y de acceso a la cultura ofrecidas a niños y a adolescentes y a adultos-jóvenes, etcétera, etcétera…

Las grandes preguntas que se plantean son: ¿Cómo reformar adecuadamente nuestro entramado financiero y productivo? ¿Cómo actuar frente a una crisis especulativa, cómo actuar frente a una crisis de sobreproducción, cómo actuar frente al repentino estallido de una burbuja de precios y de expectativas? ¿Cómo organizar mejor el intercambio económico internacional? ¿Cómo mejorar una economía nacional en cuanto a su funcionamiento financiero? ¿Cómo mejorar la educación y cómo desarrollar la formación continua o formación en servicio?…

Con evidencia no podremos dar respuesta a todos estos interrogantes en el marco del presente culturema (en el marco del presente artículo)… Comencemos entonces por algo modesto… Comencemos por intentar entender un fenómeno que no es excesivamente estudiado aún cuando es conocido, comencemos por analizar el tema de las monedas alternativas

Obsérvese que la moneda social o paralela es tal vez una opción imaginativa para en algún grado atenuar las consecuencias de una crisis económico-financiera, en un momento de urgencia social y de peligro en cuanto a drásticos cortes en las cadenas de pago y en cuanto a drásticos aumentos en el nivel del desempleo… En fin, una solución de este tipo sin duda debe estar adaptada a la coyuntura específica en la que pretende insertarse, así como respetar la idiosincrasia de la gente, pues este instrumento puede llegar a ser de utilidad en un abanico muy variado de circunstancias…

Pero… ¿Qué es realmente una moneda social?… Pues bien, es un medio alternativo de pago o de compensación, que por lo general tiene una circulación muy restringida, usualmente en una determinada localidad, o más propiamente dicho en una red social orientada al intercambio de ciertos productos y/o servicios entre sus miembros… En muchos casos, así se pretende integrar productivamente al sistema a personas que en el mercado laboral nacional probablemente tendrían pocas oportunidades de obtener un trabajo remunerado, ya fuere como trabajador dependiente o como trabajador autónomo…

¿De qué se trata realmente este asunto?… Pues bien, se trata que a través de la red circulen ciertos productos y servicios de una manera ágil pero en el ámbito cerrado del grupo social, en el ámbito cerrado de la cofradía, o sea exclusivamente entre los miembros integrantes de la red… Este sistema de intercambio es pues multilateral (o lo debe ser), pero en un formato que bastante se acerca al trueque bilateral clásico o tradicional…



Pongamos por caso un jardinero que realiza trabajos en su especialidad en cierta zona o localidad, pero que en lugar de recibir por ello dinero de circulación nacional, se le paga con bonos o vales o créditos en un banco de tiempo, que luego el trabajador cambia por fruta o por almuerzos o tal vez por un pantalón usado o tal vez por el lavado de ropa, a otros miembros adheridos a la red… Esos son los tipos de intercambios que generalmente se realizan en esa economía social o economía paralela: pequeños servicios y productos de bajo coste… Así, se incentiva a que cada cual haga lo que más le gusta y lo que mejor sabe hacer, brindando ello a otros miembros de la cofradía, y si este sistema se mantiene en el tiempo y no hay abusos, de una forma u otra todo el mundo termina ganando, pues se incentiva el intercambio y las cosas se alejan del autoabastecimiento, lo que por lógica tiene que ser mucho menos eficiente…

En muchos casos, una red de intercambio social de este tipo está integrada a un proyecto de mayor alcance, en donde tal vez coexisten una cooperativa de consumo, una comercializadora de productos locales con ramificaciones nacionales (artesanías, alimentos naturales frescos, conservas, etcétera), una comercializadora de servicios locales generales como podrían ser televisión por cable para abonados, cuidados médicos primarios, acompañantes de niños o de adultos mayores, servicios culturales, hogares diurnos y guarderías, pequeños trabajos domiciliarios de albañilería y de eléctrica, etcétera, etcétera… Esta integración y coexistencia de diversos proyectos (que podrían funcionar independientemente) dentro de una misma estructura madre, tiene la ventaja de proporcionar mayor cohesión y estabilidad a la estructura de participación, a la vez de dar una mayor diversidad de servicios y de posibilidades a los miembros, y tal vez de dar también una mayor firmeza financiera a la organización considerada en su conjunto…

Como podrá observarse, como podrá constatarse, los sistemas de intercambio basados en una moneda social se asemejan mucho a una economía de trueque en una comunidad cerrada, pero con algunas ventajas frente al trueque clásico que es restrictivamente bilateral… En efecto, el uso de monedas locales o sociales permite intercambios simultáneos o diferidos en el tiempo entre distintas personas, así como permite manejar en cada transacción diferentes escalas de valor…

Diferencia trascendente entre una moneda alternativa y una moneda nacional de curso legal forzoso, es que con la especie social no existe el fenómeno del préstamo a interés… Además y como supuestamente hay estabilidad de precios medidos en la nueva especie dineraria, no existe tampoco un interés por especular dentro de esa economía, ni tampoco un interés especial por acumular medios de pago en esa especie dineraria social; véase que una unidad en la moneda social bien podría significar una hora de trabajo no calificado, y entonces esa sería la referencia que podrían usar los miembros de la cofradía para valorar sus intercambios, sean ellos de servicios o de productos… Esa posible falta de interés por acumular moneda social se ve también reforzada por el hecho que este espacio económico restringido coexiste con el espacio económico nacional donde circula la moneda nacional… Téngase presente que la moneda de curso legal o forzoso seguramente será más apreciada por los agentes económicos que la moneda alternativa, y por tanto siempre habrá tendencia a gastar primero los recursos que se tengan en la moneda social…

Pues bien, hasta aquí un resumen de lo que debe entenderse por moneda social o moneda paralela, especie que como se dijo está orientada al intercambio dentro de un grupo cerrado… Por ejemplo, experiencias de este tipo han funcionado por un período restringido y en un ámbito restringido, en países tales como Uruguay, Argentina, Francia…

Una mención aparte merecen los bonos que se usaron cuando la primer gran crisis financiera del siglo XXI que afectó a la Argentina, los que por cierto también deben ser considerados como dinero alternativo o dinero paralelo…

En efecto, recuérdese que el llamado Plan de Convertibilidad se instauró en Argentina en abril de 1991, y funcionó hasta diciembre 2001… Este plan que fue oportunamente aprobado por el Congreso de la Nación, contemplaba una equivalencia forzosa entre la especie dineraria argentina y el dólar estadounidense… Durante la vigencia de este sistema, los dólares estadounidenses circularon en Argentina a la par de la moneda local, y casi era indiferente entonces concretar un pago en la divisa estadounidense o en la divisa nacional argentina, y por iguales sumas…

 En noviembre y principios de diciembre de 2001, durante la Presidencia de Fernando De La Rúa (10 diciembre 1999 – 20 diciembre 2001), abruptamente hubo gran desconfianza en que este sistema sería derogado, produciéndose entonces masivos retiros en dólares de los bancos así como conversiones de la divisa nacional a la divisa estadounidense y así como numerosos giros en divisas al exterior… Obviamente la situación en esos días fue tan caótica desde el punto de vista financiero, que ello provocó la instauración de feriados bancarios así como la propia salida anticipada de Fernando De La Rúa como primer mandatario… La derogación formal del Plan de Convertibilidad fue finalmente aprobada en enero 2002, durante la Presidencia de Eduardo Alberto Duhalde (2 enero 2002 – 25 mayo 2003), concretándose en ese momento la devaluación oficial de la divisa argentina frente al dólar estadounidense…

La situación financiera de las Provincias Argentinas y de la propia población fue durante los feriados bancarios y durante los meses subsiguientes tan delicada, que no hubo más remedio que emitir entonces moneda nueva para así evitar el colapso de la economía y del sistema de pagos… Obviamente se quería que la nueva masa monetaria emitida sirviera para dinamizar los intercambios a nivel nacional pero que no se usara para comprar divisas extranjeras, y se optó en esa oportunidad por introducir nuevos instrumentos de cambio bajo la cobertura de ser 'Letras de Tesorería' con un determinado vencimiento, pero con denominaciones pequeñas y aceptando que esos instrumentos iban a circular junto con la moneda nacional que aún quedaba en poder de los consumidores y de las empresas… Estas nuevas especies que entonces se libraron a la circulación técnicamente se llamaron Letras de Tesorería para la Cancelación de Obligaciones Provinciales', y su introducción fue tan masiva y repentina en un momento que escaseaba el circulante, que la gente terminó por aceptarlas a falta de otro instrumento mejor… Con estas nuevas especies las instituciones públicas incluso pagaban los sueldos a los empleados públicos, y hasta se aceptaba el pago de impuestos con ese nuevo instrumento y a la par con la moneda nacional…

Estos bonos entonces tuvieron varias denominaciones según fueran las entidades que los emitían… Los más conocidos fueron los “patacones” emitidos por la Provincia de Buenos Aires, y los “LECOP” (“Letras de Tesorería para Cancelación de Obligaciones Provinciales”) emitidos por el Gobierno Federal… Por cierto, otras Provincias Argentinas emitieron también sus propios bonos en esa oportunidad, por ejemplo los “LECOR” en la Provincia de Córdoba, los “Federales” en la Provincia de Entre Ríos, los “CECACOR” en la Provincia de Corrientes, los “BOCADE” en la Provincia de Tucumán, los “Quebracho” en la Provincia de Chaco, los “PETROM” en la Provincia de Mendoza, etcétera… Años después y cuando la situación financiera de la Argentina mejoró, estos bonos fueron canjeados por moneda nacional…

Como características distintivas de este cuasi-dinero, corresponde destacar que las instituciones bancarias entonces no aceptaban depósitos en estas especies, y que tampoco había cobertura legal para hacer préstamos o cancelar préstamos con este instrumento…

Muy bien, hasta aquí un resumen de algunos de los usos históricos del llamado cuasidinero (dinero social y bonos de emergencia)… ¿Qué experiencia o qué enseñanza pueden dejarnos estas cuestiones?…

Obviamente esos instrumentos han sido usados en momentos de crisis y por un tiempo limitado, pero igual, algunas ideas y enseñanzas pueden extraerse de esas experiencias que usaron dinero de emergencia o dinero paralelo…

Véase por ejemplo que en los casos antes examinados no se contemplaba ni la posibilidad de concretar préstamos, ni la necesidad de pagar intereses, y esas son interesantes características de un sistema monetario, que bien podríamos imaginar que pudieran ser implementadas en algún ámbito económico, por ejemplo en la propia economía internacional controlada por moneda propia, controlada por una específica y particular moneda internacional desligada en forma rígida de una o varias divisas nacionales…

En efecto, en sí podemos imaginar que los sistemas antes mencionados y basados en bonos de emergencia o en moneda social, eran equivalentes a tener cuentas personales nominativas donde simplemente se iban registrando los créditos y los débitos de cada quien, a medida que cada quien fuera generando derechos o fuera realizando pagos… Y véase que en algún sentido el dinero fiduciario y también el cuasidinero, en sentido estricto son deuda de alguien… En el recién presentado caso de los bonos argentinos, los deudores obviamente fueron los Gobiernos Provinciales y el propio Gobierno Nacional… Y en el caso de los aludidos sistemas basados en dinero social, el deudor sin duda era o es la propia cofradía, puesto que la emisión monetaria en especies sociales era realizada o es por ella, en algún caso tal vez para pagar algún servicio brindado por uno de sus miembros, y/o también para dar una suma inicial a cada quien que se anotaba como miembro (así puede ser inicialmente generada una masa dineraria social al interior del espacio económico, la que circularía en contracorriente de los bienes y de los servicios)…

Y como ya se dijo, algo muy parecido bien podría implementarse en la propia economía internacional, sin contemplar el pago de intereses a los titulares de las cuentas dinerarias que presentaran saldos positivos, y erradicando el mecanismo de los préstamos (al menos de aquellos que valoraran las deudas en moneda internacional)…


Dejemos aquí flotanto esta posibilidad…

Por cierto, la modificación en las reglas de juego de los intercambios internacionales no será tarea fácil… Muchas resistencias se manifestarán, principalmente de parte de los países desarrollados, y especialmente de parte de Estados Unidos de América…

Lo que sí aquí deseamos dejar bien claro, es que la clásica figura del préstamo a interés no es intrínseca e inseparable con la introducción y el uso del dinero, o sea con la puesta en marcha de una economía dineraria (tenga ella apoyo estatal, o sea ella una iniciativa perticular de un grupo de personas)… La moneda sin duda es un invento social, y el préstamo con pago de cierto interés también es un invento social, es una convención social… Y lo que así estamos afirmando no es ningún absurdo…

Absurda e injusta sí es la actual situación… Obviamente los intercambios internacionales están regidos por un sistema bastante complejo, pues el mismo es fruto de una larga evolución durante la que sucesivamente se fueron introduciendo parches y procedimientos especiales; además, también corresponde preguntarse si ese sistema no se complicó ex profeso, a efectos que pocos fueran quienes realmente lo entendieran…

Pensemos un poco… Pensemos simplificando…

Supongamos que recién viene de salirse de un período de oscurantismo, durante el cual los intercambios internacionales prácticamente eran nulos… Y supongamos que de buenas a primeras se aprueba un sistema mundial de intercambios muy parecido al actual (o muy parecido al que se aprobó en 1944 en Bretton Woods), y basado en el dólar estadounidense, moneda nacional que en algún momento se dijo era tan buena como el oro… Y supongamos entonces que comienzan a concretarse las primeras exportaciones…

En el caso hipotético planteado, sea entonces una exportación de mercadería concretada de cierto país a EEUU… Esa transferencia de bienes es entonces pagada con dólares estadounidenses, y ningún problema, pues según el acuerdo internacional luego el país en cuestión compra alguna cosa a otro, pagando con las especies recibidas…

Supongamos ahora la operación inversa, una exportación de mercaderías de Estados Unidos de América a un tercer país, y supongamos que ese tercer país ya agotó sus reservas de dólares estadounidenses y de oro… ¿Qué es lo que entonces hace EEUU para poder vender?… Pues muy sencillo, le dice al país que necesita comprar, firme aquí un préstamo, a tal plazo y con tal tasa de interés, y me paga cuando pueda, incluso en forma adelantada si es que a usted le conviene más; y si al vencimiento no puede pagar todo, le refinancio lo que quede impago…

¿No observa el lector una asimetría enorme en toda esta cuestión, asimetría que de una u otra forma termina favoreciendo al poderoso vecino del norte de América?…

Claro, las cosas por cierto no son tan simples y tan claras como aquí se plantean, puesto que los derechos de emisión de los dólares estadounidenses los tiene la Reserva Federal (FED), y puesto que el Gobierno Estadounidense actúa en el doble juego de deudor y de prestamista de dólares estadounidenses, así como su sistema bancario nacional…

¿Y por qué el Gobierno Estadounidense se ha endeudado en los niveles que se verifican hoy día?… Pues porque no ha tenido más remedio, pues era la forma de seguir vendiendo sus propias mercaderías a la vez de permitir que la economía internacional siguiera funcionando…

¿Y qué pasará si en algún momento el sistema colapsa?… Pues bien, todo dependerá de las circunstancias especiales de ese colapso, pero de una u otra forma quien va a salir ganando siempre será EEUU…

Vean ustedes, el gigante económico del norte no regala los dólares estadounidenses, sino que los cambia por riqueza de algún tipo, y encima se enriquece por otro lado en base a los intereses cobrados por préstamos financieros, pues claro, poner a funcionar la imprenta que genera sus divisas nacionales es algo que le insume un costo insignificante… Obviamente el deudor en todo este asunto es o la FED o el propio Gobierno Estadounidense (no importa mucho saber quien es el que realmente debe)…

Ahora bien, supongamos que hay una grave crisis financiera, como la que actualmente nos afecta hoy día, o peor aún que ella… ¿Qué es lo que puede pasar?…

Bueno, no soy adivino, así que no puedo dar aquí muchos detalles, pero lo que es seguro es que la riqueza que ya recibió EEUU no va a ser tocada, y entonces por algún lado la cosa se va “a arreglar”, ya sea porque muchas naciones pongan dólares sobre la mesa (como está pasando hoy día), ya sea porque el dólar se devalúe (como esta pasando hoy día), ya sea una combinación de ambas cosas… Y en este contexto, los que realmente pierden siempre o casi siempre estarán fuera de EEUU, pues si el dólar se devalúa los afectados serán quienes tienen dólares, y a sus residentes EEUU siempre los podrá compensar de una manera o de otra (planes sociales, reducción de impuestos, etcétera)… Y si se ponen dólares sobre la mesa, a todos los países y a todos los Bancos Centrales les dolerá, salvo a la pareja EEUU-FED, pues ellos simplemente podrán poner a funcionar la imprenta de la Casa de la Moneda…

¿Se entienden las asimetrías?… ¿Se entienden las enormes ventajas que siempre está obteniendo EEUU y su sistema financiero con el sistema actual?…

Hay unos artículos y unos videos circulando por Internet, y que hablan de un verdadero complot financiero norteamericano, a raíz del cual se dejaría caer al dólar y se implantaría en su lugar una nueva especie dineraria: el amero…

Quienes sustentaron y dieron difusión a esta posibilidad de sustitución del dólar estadounidense por una nueva especie monetaria, e incluso se refirieron a una posible y futura Unión Monetaria Norteamericana en la que participarían Canadá, EEUU, y México, fueron Hebert G Grubel (académico) y Hal Turner (locutor y periodista), ambos estadounidenses…

Bueno estimados lectores, ¡qué decir de este asunto!…

Todo apunta a que esta historia sea una fantasiosa teoría conspirativa y supuestamente secreta, que pronto se integrará al grupo de leyendas urbanas, al grupo de leyendas modernas con mucho de ficción y con poca base en la realidad…

De todas formas algo que en principio podría parecer totalmente descabellado y fruto de una mente enfermiza y divagante, bien podría transformarse en realidad cuando menos se lo espera, fruto de las reales urgencias del momento o fruto de algún tipo de planificación secreta…

Observe el lector que la crisis argentina que provocó la emisión de los antes aludidos bonos-letras afectó a los argentinos y eventualmente también a las empresas extrajeras y a los particulares extranjeros que tenían inversiones en Argentina… Pero si la crisis se produce en EEUU y ese país de hecho deja a su moneda actual en libre caída y emite bonos o moneda nueva de algún tipo (léase amero), tal vez los menos afectados serían los propios estadounidenses, y los más afectados serían los residentes en el resto del mundo, pues actualmente hay una enorme masa monetaria de dólares estadounidenses circulando fuera de EEUU, así como créditos de todo tipo expresados en la divisa estadounidense y en manos de no residentes en EEUU…

Y antes de terminar una última reflexión… Mi meta con este culturema, mi meta con los escritos de divulgación y de investigación ya publicados en los espacios Digimundo, no es que se sigan a pie juntillas las sugerencias del Centro de Estudios Joan Bardina ni que se adopte a toda prisa el dinero telemático a nivel mundial… Solamente espero que estas ideas ayuden a que más gente se interese en los temas monetarios así como en todas las posibles variantes y ramificaciones de la utilización del dinero…

Obviamente dejo a cada quien decidir si está a favor o en contra de la moneda telemática… La intensión principal con las acciones que el firmante de este escrito está desarrollando, únicamente es la de llamar la atención sobre una cuestión que sin duda es muy importante, que sin duda afecta a mucha más gente de la que inicialmente pueda pensarse…

Las opiniones de todos los ciudadanos sobre nuestra futura estructuración financieras son todas ellas potencialmente interesantes, y merecen todas ellas ser consideradas…

La doctrina del neoliberalismo es la que hoy día tiene más adeptos pues en ciertos aspectos sin duda ha presentado resultados positivos… Pero también está la otra cara de la moneda, la otra cara del sistema, pues en muchos casos esa teoría pone excesiva atención a la marcha general de la macroeconomía, olvidándose del sustrato social… Solamente con la socialización de los objetivos del "constructo social", es que podrá obtenerse paz social, bienestar generalizado, y equidad en la distribución de recursos y de oportunidades… Pero atención, el juego económico actualmente utilizado no es de suma cero, y el desequilibrio no está a favor del ciudadano común y corriente… Hay que concienciar a las bases, hay que abrir los ojos al pueblo… Si algún día quiere ganarse en términos de justicia, de equidad, de solidaridad bien entendida, no hay otro medio que cambiar las bases del juego económico-financiero…

Fuente: Las monedas alternativas como idea-fuerza para repensar la economía


Soluciones implementadas por Argentina durante la crisis de los años 2001-2002

Hay una constelación de iniciativas y de estudios en nuestra sociedad, que aborda la economía intentando desvelar el misterio de la creación de dinero, que se nos ha ocultado u oscurecido por siglos. En el mundo está surgiendo conciencia en relación a estas cuestiones, en el seno de la sociedad civil y en ciertos sectores profesionales, e incluso se han llevado adelante iniciativas o proyectos concretos, como por ejemplo en lo que respecta a creación y uso de monedas sociales y complementarias.

Un caso muy interesante y casi emblemático, en realidad alejado de las monedas sociales pero que debería ser estudiado en profundidad, es el período de la crisis que vivió Argentina en los años 2001-2002, y que vio surgir un sinnúmero de cuasi-monedas llamadas “lecop” (Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales), “patacones”, “lecor”, “federal”, “cecacor”, “bocade”, “quebracho”, “boncafor”, “petrom”, etcétera. Obviamente, con esta observación no pretendemos recomendar que en caso de crisis se repita la citada experiencia argentina, pero sí sería interesante y muy adecuado profundizar en todo lo posible en cuanto a la naturaleza y uso del dinero en ese período tan convulsionado de la historia argentina, incluyendo por cierto su rica y diversa evolución socio-económica.

Los Estados en su momento y fundamentalmente durante el siglo XIX, tomaron en cuenta el tema, y tal es así que poco a poco fueron quitando los derechos de emisión monetaria a las instituciones bancarias privadas, dejando el monopolio de esta actividad en manos estatales (generalmente el Banco Central de la nación). Hoy día ha llegado el momento de que los Estados nuevamente se interesen en esta cuestión, introduciendo reformas monetarias, y también tomando para sí el monopolio del llamado “dinero deuda” o “dinero bancario”.

¿Pero resumidamente qué fue lo que pasó en Argentina en los años 2001-2002, cómo reaccionaron los agentes económicos, y cómo se solucionó luego el problema creado por las cuasi-monedas?


Bueno, en esos años hubo una crisis económica-financiera tan brutal en Argentina, que el gobierno central tomó una serie de medidas incluso a nivel de la banca, lo que en la sociedad civil provocó una enorme falta de circulante, a tal punto que tanto empresas como personas físicas en buena medida ya no tenían dinero circulante ni para comprar ni para pagar. En análoga situación se encontraban los gobiernos de las propias provincias argentinas, que frente a la imposibilidad de pagar sus deudas a los proveedores e incluso los salarios a sus funcionarios, optó por emitir lo que llamaron "letras de cancelación de obligaciones provinciales", instrumentos en teoría muy similares a las letras que regularmente emiten los estados o los bancos estatales a lo largo y ancho del mundo, pero con la particularidad de que sus denominaciones eran muy fraccionadas, pues expresamente estaban pensadas para que circularan entre los distintos agentes económicos. Y así efectivamente sucedió. Los funcionarios públicos comenzaron a aceptar esta forma de pago, algunos comercios también comenzaron a recibir estos documentos ya que con ellos al menos podían pagar sus impuestos y a algunos de sus proveedores que también los recibían, pues además caso contrario sus ventas seguramente se vendrían abajo, y la economía argentina comenzó a funcionar de nuevo. Con posterioridad la economía y la moneda a nivel del gobierno central argentino comenzaron a estabilizarse y a funcionar de nuevo, y las provincias continuaron aceptando sus 'lecop's así sacándolos de circulación pero sin emitir más puesto que se comenzó de nuevo a usar la moneda nacional para los pagos. Finalmente hubo una opción de canje de las restantes letras provinciales por el equivalente en moneda nacional, solucionándose así el problema en forma definitiva y de una manera que no fue especialmente dramática y dolorosa.

Fuente: Recomendación R01.28 en el documento titulado "Proyecto que avanza en forma firme y muy segura, y según conveniente planificación: El 'Consenso de Barcelona' en sus etapas de elaboración; Parte XV"


Sistemas de economía alternativa

El pasado lunes día 7 de junio de 2010, ‘La Contra’ del periódico 'La Vanguardia' sorprendía con una interesante entrevista a Julio Gisbert Quero, experto en sistemas económicos alternativos.

A lo largo de esta entrevista, Gisbert relata que es posible vivir sin empleo y sin ingresos, algo que se presenta como una muy buena noticia en los tiempos que corren en los que el desempleo no cesa de aumentar en muchos países.

Más allá de la economía ‘formal’, Gisbert nos recuerda que existen otros modelos económicos alternativos y de carácter mucho más social, como los bancos del tiempo o las monedas sociales.

¿De qué estamos hablando exactamente?

La moneda social es un sistema monetario creado por un colectivo formado por consumidores y comercios y productores de una zona geográfica concreta, y que se utiliza como unidad de intercambio. Los objetivos de este tipo de monedas son aumentar el poder adquisitivo de las familias afectadas por las crisis, favorecer el comercio y el intercambio de proximidad, evitar la dispersión de la riqueza, y facilitar el acceso a bienes básicos. Un ejemplo de esto es el ‘Eco’, una moneda social que circula desde octubre del 2009 por las ciudades de Tarragona y Santa Coloma de Gramenet (en Barcelona, España).

Los bancos del tiempo, por su parte, son asociaciones de particulares que usan como unidad de intercambio el tiempo (por ejemplo, una hora de trabajo) en lugar del dinero habitual, para realizar y recibir diversos servicios. Estos sistemas se orienta pues a los intercambios de tareas más o menos cotidianas o más o menos especiales, que pueden estar al alcance de personas comunes y corrientes (por ejemplo, un grupo de madres se organiza en el cuidado de niños y ancianos, aumentando así la eficiencia en la realización de estas tareas, con el objetivo de liberar a otro grupo de madres para que desarrollen una pequeña actividad comercial). Los objetivos de los bancos de tiempo son resolver las necesidades de la vida diaria de cierto grupo de familias, y fomentar las relaciones sociales así como la equidad en distintos estratos económicos. En la actualidad fácilmente se cuentan cerca de 300 bancos del tiempo a nivel mundial, repartidos por Europa, Canadá, Centroamérica, Sudamérica, Estados Unidos, y otros países.

Fuente: Entrevista a Julio Gisbert Quero - publicada en 'La Vanguardia'

Fuente: Redes de monedas locales en Cataluña

Un último comentario

Véase que la expansión del teletrabajo unido al uso de algún tipo de moneda alternativa, permite independizar a esta última de la restricción de dedicarse, exclusivamente o en prioridad, al comercio y el intercambio de proximidad. Pero además, apoyarse en una buena plataforma digital para la gestión de una moneda alternativa, permite paralelamente intermediar de otra forma entre consumidores y proveedores, a la par de también permitir en forma práctica algo muy importante: evaluar el comportamiento de proveedores y consumidores, recogiendo las opiniones y evaluaciones de sus respectivas contrapartes.

Sitios de consulta que se recomiendan:
* Economía social
* Economía solidaria
* Responsabilidad social

Documentos TV - Monedas de cambio
* Enlace al vídeo

1 comentario:

  1. Excelente comentario y muy completo. En Colima, México, nos estamos organizando para crear un modelo propio de economía solidaria, pero ahora ya con apoyo de tecnologías de comunicación... me ha ayudó mucho leer su experiencia en Argentina. Saludos

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